(Primera Parte)
El hombre siempre se ha interrogado sobre los motivos que guían su acción. Los filósofos de la antigüedad encontraron diversas respuestas:
Demócrito enseño que la humanidad perseguía la felicidad, entendiendo como tal un estado de reflexión y de razonamiento. La felicidad para él es un estado interno del hombre, no debe basarse en cosas materiales, externas al hombre, ya que estas son caducas y van y vienen; en cambio, la felicidad interior nadie puede quitársela.
Epicuro pensó que el hombre persigue el placer; sin embargo decía que se deben buscar los placeres mentales más que los físicos.
Spinoza llego a la conclusión de que la conservación de la propia vida es el motor principal que mueve al hombre. Ya se encuentra aquí una estrecha liga con lo que posteriormente se catalogaría como uno de los instintos, aunque Spinoza aclaro que el esfuerzo debía ser racional.
Nietzsche es el deseo de poder la causa principal de la acción humana.
Pata otros filósofos el amor constituye el motor que mueve a los hombres.
LA HOMEOSTASIS
El ser humano se encuentra inmerso en un medio circundante que impone ciertas restricciones o estímulos a la conducta humana. Es indudable pensar que el organismo tiene una serie de necesidades que van a condicionar parte del comportamiento humano. Así, cuando tenemos hambre nos dirigimos al alimento. Ahí una conducta .Cuando tenemos hambre se rompe un equilibrio existe por tanto un desequilibrio que buscamos remediar; el organismo mantiene un estado homeostático, es decir, un estado uniforme constante, hacia el que tendemos siempre y que pudiera denominarse “ideal” que sería el de estar con el estomago lleno, pero cuando este equilibrio se rompe nuestros receptores comunican al sistema nervioso central que el estomago esta vacio y urge volver a llenarlo para mantener la vida. A medida que trascurre el tiempo, el estomago queda vacío y aumenta la sensación displacentera. Y nos sentimos más motivados para buscar alimento. Una vez que el satisfactor es proporcionado, pasamos al estado de placer o euforia (pancita llena, corazón contento) y así llegamos al estado “ideal”.
**Ver Imagen**
Fuente: Fernando Arias Galicia, Victor Heredia, Administracion de Recursos Humanos para el alto desempeño, Trillas,2009.
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